La jugadora del Club Unión Deportiva San José acaba de alcanzar un récord impensado, fruto de una carrera tan extensa como ejemplar.
La interna se convirtió en la jugadora de mayor edad en firmar una planilla y disputar al menos un segundo en la máxima categoría del básquet femenino argentino.
Con 42 años y 7 meses, su nombre quedará marcado para siempre en la historia del básquet femenino nacional, y lo hará representando a Mendoza. Gabi habló con nosotros sobre este reconocimiento, no solo a su trayectoria, sino también al profesionalismo con el que se ha desempeñado a lo largo de los años.
Seguro tenés el partido récord en tu mente, pero ¿te acordás a qué edad debutaste, contra quién y en qué fecha?
“Tenía 16 años cuando jugué por primera vez en Primera, con la camiseta de Obras. No recuerdo contra quién fue ni dónde (risas).”
A Caro Sánchez le rompiste el récord, y a ella también le hicimos esta pregunta: ¿cuánto más queda de Gabriela Herrera?
“Quiero retirarme este año. Estoy jugando seguramente mi última Liga Nacional y creo que también mi último torneo de Superliga. Es difícil porque es toda una vida y me siento bien físicamente, pero es una decisión que ya vengo trabajando. Soy consciente de que este es un buen momento para tomarla, aunque sé que siempre estaré ligada al básquet porque es el deporte que amo profundamente.”
Ahora, ¿qué tres momentos recordás de tu extensa carrera?
“Recuerdo el Sudamericano ganado con la selección argentina en inferiores cuando tenía 16 años. Otro recuerdo hermoso fue en Italia, cuando ganamos el Torneo Regional de Sicilia. Y uno de los últimos fue una remontada de 20 puntos para ganar el Torneo Apertura 2023 con San José, en cancha de Atenas. Estaba lesionada y jugué todo el partido más el suplementario. Lo dimos vuelta en los últimos 7 minutos y salimos campeonas. Partido inolvidable.”
Más allá de los números, los títulos y los récords, Gabriela Herrera deja una marca que trasciende las estadísticas: la de una referente que abrió caminos, inspiró generaciones y demostró que la pasión, cuando se sostiene con disciplina y amor por el deporte, no tiene fecha de vencimiento.
