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«Si se da un ascenso en mi último torneo en primera, bienvenido sea»

Dialogamos con Carlos Abrego, jugador y coordinador del Club Petroleros YPF. Uno de los históricos del básquet de Mendoza que se retirará a fin de año.

Carlos Abrego es un emblema del básquet local. Jugador de la Selección de Mendoza en diversos Torneos Argentinos, y de múltiples equipos del ámbito provincial. Con 53 años, continúa viviendo su pasión por el deporte en el Club Petroleros YPF, donde comparte plantel con su hijo Nicolás y muchos chicos que dirigió desde muy jóvenes.

Además, es Coordinador de la institución que se ha caracterizado en estos últimos tiempos por ser la casa de varios equipos, que disputan diversos torneos de la Federación. Para conocer un poco más su historia y su presente, Abrego nos recibe para charlar de forma exclusiva.

Hola Carlos, ¿Cómo estás?

Bien, todo bien. Trabajando firme, a punto de arrancar para el club para hacer las tareas de todas las tardes.

¿En qué consisten esas tareas de coordinación?

Mi tarea específica es trabajar coordinando los horarios de canchas. Entrenamientos y partidos de las distintas formativas y primeras. Hay días que tenemos dos o tres partidos.

Debe ser todo un dolor de cabeza organizar horarios y días de partidos…

Exactamente. Hay que ser bastante ordenados, y yo trato de serlo. Por supuesto que los equipos colaboran y ponen la mejor predisposición. Actualmente juegan de local Obras, Godoy Cruz, Belfor en M33 y M40, las chicas del maxi y nuestra primera. Y tenemos una sola cancha para partidos, más las canchas de entrenamiento en otro estadio, con piso de baldosa.

¿Por qué creés que las instituciones eligen a Petroleros para hacer de local?

Imagino que lo eligen por las dimensiones del estadio. En el caso de Obras creo que por la proximidad entre los clubes. Godoy Cruz necesitaba una cancha que se adecúe a ellos por su participación en Superliga, el Tomba lleva mucha gente y acá tenemos lugar de sobra para contenerlos.

Sabemos que nos faltan cosas por hacer en el estadio, pero tratamos de cumplirles a los equipos que nos piden la cancha.

Será un motivo de orgullo y un mimo para ustedes que los elijan…

Sí, en el caso mío es así. Por ejemplo, imaginate para los chicos de nuestras formativas ver al norteamericano de Godoy Cruz: Se sacaban fotos en el camarín, estaban muy contentos. Es un incentivo para los chicos y para nosotros.

¿Cómo vienen desde lo deportivo?

Trabajando firmes y entrenando mucho. El equipo tuvo que hacer una reestructuración entre Apertura y Clausura. Empezando con el entrenador, más algunas bajas en ciertos puestos que fueron reemplazados por jugadores que aparecieron sin tenerlos en los planes. La mayoría del equipo se quedó, asique ahora trabajando duro porque no hay otra.

Estamos buscando encontrar el equipo. Al entrenador se le complica por la cantidad de jugadores que tenemos. Somos diez, que puede entrar a jugar cualquiera. Por eso cuesta definir los puestos y los roles. Es un trabajo que lleva su tiempo, y le cuesta a cualquier equipo, no sólo a nosotros.

¿Para qué creés que están?

La idea es ascender. En el Apertura nos fue bien, pero tuvimos mala suerte. En semis se enfermaron 4 jugadores importantes, más las lesiones que arrastrábamos. Encima nos tocó el cruce con San Carlos, que es un gran equipo que hoy juega Nivel 1.

Ahora hablando con los que se quedaron, el objetivo es ascender. Estamos trabajando para eso.

En lo personal, ¿Cuáles son tus objetivos y motivaciones para afrontar este año?

Jugar mi último torneo, y disfrutar lo más que se pueda al lado de mi hijo, que es un orgullo en lo personal. Tratar de no rabiar tanto. Me lo tomo con toda la responsabilidad. Si se da un ascenso en mi último torneo en primera bienvenido sea, sino ya está, ya cumplimos. Veremos que depara el destino para el futuro.

¿Qué significa jugar con tu hijo?

La verdad que lo he visto crecer basquetbolísticamente. Empezó en el club hace mucho tiempo y hoy estamos juntos. Es un orgullo jugar al lado de él. También con los otros chicos, que los dirigí desde que tenían 12 o 13 años.

Siempre les digo gracias por la aceptación. Imaginá que al más grande del plantel le llevo 20 años. Me he tenido que adaptar, como lo estoy haciendo desde hace 10 u 11 años, por la diferencia de edad. Pero siempre la paso bien.

Hay algunos chicos del club que no saben bien mi trayectoria, o que me conocieron cuando volví a Petroleros después de estar en Atlético San Martín, hace unos años. Más allá de eso, también me pasa con rivales. Chicos de 20 o 25 años que no me conocen, ni saben dónde jugué y a los equipos que representé. Pero está bien, no tienen por qué saberlo. Muchas veces los entrenadores, jugadores más grandes, o los mismos árbitros les van diciendo y contando todo.

Carlos Abrego (15) con la camiseta de la Selección de Mendoza.

Muchas gracias Carlos, y éxitos en lo que viene.

La verdad agradecer a mi equipo y al cuerpo técnico. También a los rivales y árbitros, de quienes recibo mucho respeto. Creo que me lo gané, porque yo respeto a los demás. Eso para mí es muy importante.

Agradecerles a ustedes, y fundamentalmente a mi familia que siempre está al lado mío. De no ser por ellos, que me acompañan a todos lados, se me hubiese puesto muy difícil.

 

 

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