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«El club es una gran familia»
- Updated: 29 marzo, 2022
Conocemos los detalles de Juventud Mendocina, un club referente del básquet de mujeres y siempre animador de cada competencia que disputa, a través de su dirigente Patricio Cabral.
El Club Juventud Mendocina mostró grandes resultados en este Vendimia que terminó recientemente: Campeonó en U13, logró finales en U15 y U17, y semifinales en Superliga. De esta forma, mostró su potencial a futuro y su elevado nivel deportivo que hoy posee. Por ese motivo, para conocer los entretelones del único club íntegramente de básquet femenino, charlamos con el secretario del club Patricio Cabral.
-Patricio, deben estar muy felices por los logros en el Vendimia
Sí. Venimos trabajando desde el 2017 con un núcleo de jugadoras que han venido progresando categoría a categoría. Nuestro objetivo siempre fue formar jugadoras del club, de la cantera y que ellas lleguen a competir en nivel de primera división. El año pasado tuvimos una primera con muchas juveniles, que ganaron experiencia de competencia, y eso fortaleció a todas las categorías. Pero la pandemia hizo mella en la parte formativa más pequeña del club, ya que nos quedamos sin Mosquitos, y con muy pocas Premini y Mini. En U13 tuvimos chicas totalmente nuevas en el club y ha sido una tarea de todos los profes y las familias, para que ellas adquieran fundamentos y eso se refleje en el juego, lo que permitió que nos quedemos con el Vendimia en esa categoría.
-Entonces el mérito es doble, teniendo en cuenta que tuvieron que rearmar muchas categorías en medio de la pandemia.
Hay una gran tarea de los profes que están con Minibásquet. Una es jugadora de primera con el corazón en el club y el otro, hijo de un gran dirigente que nos dejó el año pasado, que se abocó de lleno a Juventud. Tuvieron la capacidad para entusiasmar a las chicas y lograron que ninguna deje. Ese entusiasmo se multiplicó en algunos colegios, en las amigas de las nenas y en las familias que finalmente se sumaron. Además hicimos encuentros con Honor y Patria, y Atenas, que estaban en etapa de conformación de equipos, y eso entusiasmó a las más chiquitas.
-¿Cómo fue el crecimiento del equipo superior del club?
Cuando llegamos se armó una primera con chicas que habían dejado el deporte y que les gustó el proyecto institucional. Se sumaron y a partir del año pasado ya empezamos a reforzar ese núcleo de chicas con juveniles.
-En tiempos donde se habla tanto de la igualdad de oportunidades para las mujeres, ¿Sienten que Juventud es una institución modelo para la rama femenina?
El club tuvo una interrupción en su etapa deportiva en la década del 80 y 90. A partir del 2017 retomamos con la impronta del básquet femenino. Existen otros clubes solo de actividad femenina, pero con la particularidad de practicar otros deportes, como el hockey por ejemplo. Juventud se caracteriza por ser solo de básquet. Si bien contamos con un salón para alquilar donde se practican otros deportes por una cuestión de sostenimiento económico, nuestra actividad en cuanto a dimensión social y deportiva es el básquet femenino.
Cuando llegamos, seguimos con esta impronta porque muchos padres venían de padecer la diferencia que muchas veces hay entre rama femenina y masculina. Para solucionar esa asimetría, decidimos enfocarnos sólo en el femenino. Hoy es nuestra marca registrada.
-¿Cuáles son los objetivos para este año?
En formativas venimos trabajando en un plan de formación de jugadoras donde tratamos de incluir a todas las chicas independientemente de sus capacidades individuales. Por el contrario, tratamos de conocer las fortalezas de cada una y explotarlas al máximo. Por eso en los primeros años de formativas tratamos de fijar nuestro objetivo no tanto en la competencia si no en la formación, que tengan claro los fundamentos, que conozcan el lenguaje del deporte, desplazamientos físicos correctos y que tengan todo el apoyo para el crecimiento al máximo. Y que si se dan resultados positivos, sean consecuencia de ese proceso.
U17 es la categoría con mayor tiempo de trabajo, ya que son chicas que vienen con nosotros desde la etapa de mini y eso se ve reflejado en la Superliga también, donde queremos tener jugadoras totalmente identificadas con el club, de nuestra cuna y comprometidas. La satisfacción máxima es que logren los objetivos deportivos ahí, teniendo en cuenta todo el proceso vivido y la experiencia que atravesaron.
-Hay una gran simbiosis dentro del club. ¿Cómo se explica el espíritu de Juventud Mendocina?
El club es un conjunto de voluntades, lo vivimos como una gran familia. Nos caracterizamos por acompañar a todas las categorías, con padres, hermanos y amigos. Tratamos de trascender el aspecto deportivo. El trabajo en común del cuerpo técnico, incluidos preparador físico, psicóloga deportiva y técnicos, es vital para plasmar los objetivos deportivos. Lo considero una fortaleza. El espíritu del club es que toda la familia participe y todas las chicas se sientan cómodas jugando al básquet.
-En lo personal, ¿Cómo llegaste a ser dirigente del club y porqué?
Es una cuestión que se ha ido dando. Siempre toda mi familia intentó acompañar a los chicos en su práctica deportiva, poniéndose al servicio de eso. Cuando ves que los otros padres colaboran para sacar al club adelante, uno se suma para aportar un granito de arena. Por distintas circunstancias me ha ido tocando ocupar lugares de representatividad del club. Desde hace 3 años me toca ser el referente deportivo ante la Federación y ocupar el cargo de secretario de la comisión directiva. No lo busqué conscientemente, si no que fue después de mostrar la capacidad (poca o mucha) que uno puede tener.